Con la limpieza de la piel, ayudamos a disminuir el tamaño de nuestros poros. Éstos se dilatan por un exceso de grasa, por las células muertas y por la polución, así como algunos cosméticos como el maquillaje. El poro también se hace más grande cuando la piel no tiene suficiente hidratación y cuando se disminuye la producción de colágeno debido a la falta de limpieza.
Una piel sucia va a sudar mucho más, esto provocará una piel seca y tirante. Por ello, cuando nos acostamos con la cara sin lavar o desmaquillar al día siguiente la sientes más seca y tirante.
Antes de dormir, debemos seguir una rutina de desintoxicación de la piel. La noche es el momento en el que se produce la reparación de las células, se forma colágeno y la piel se depura. Si nos acostamos sin eliminar las impurezas, se bloquea la oxigenación de la piel y dificultamos el proceso de depuración.
